10 consejos para tomar el sol en verano

Llega el verano, y con el buen tiempo nos apetece ir a la playa a tomar el sol y refrescarnos con un baño. Pero, ¿cómo hacerlo de manera segura? En el artículo de hoy te damos 10 consejos para tomar el sol que se convertirán en tus 10 mandamientos de este verano.

1. Limita el tiempo de exposición

El sol nos aporta muchos beneficios, incluyendo para nuestro estado de ánimo, pero si queremos evitar complicaciones a largo plazo en la piel, debemos limitar el tiempo de exposición. Si vas a la playa, intenta no pasar más de media hora seguida tomando el sol directamente, busca la sombra debajo de una sombrilla, un árbol, un toldo o un edificio. 

Evita la exposición solar especialmente entre las 12 y las 16h, durante las cuales los rayos solares tienen una incidencia más directa sobre la Tierra. Piensa que, además de ser perjudicial para tu piel, también puede suponer un peligro para tu salud y llegar a provocarte dlor de cabeza, mareos o hasta una insolación. Las mejores horas para tomar el sol, son aquellas en las que los rayos inciden indirectamente, es decir,  a primera hora de la mañana o al final de la tarde. El truco está en que tu sombra sea más larga que tú.

Una piel bronceada puede ser muy bonita, pero pasar demasiado tiempo bajo el sol hará que envejezca mucho más rápido, que es lo que llamamos fotoenvejecimiento. Si quieres broncear tu piel de manera segura: utiliza fotoprotectores que protejan tu piel pero aceleren el bronceado. Por ejemplo, el Fotoprotector ISIDN Hydro Oil, el primer fotoprotector bifásico de doble acción que ayuda a acelerar el proceso de bronceado gracias a su Pro-Melanin Technology, que potencia en un +43% la producción de melanina que aporta el bronceado a tu piel. 

2. Utiliza un buen protector solar

La calidad del protector solar es muy importante. Utiliza siempre productos que cuenten con evidencias científicas y estén testados dermatológicamente.

Lo más importante es que escojas la textura que más te guste para que te apetezca ponértelo (y reaplicarlo  cada 2 horas). Por lo general, nos bastará con una crema solar de protección solar Alta (SPF30 o 50) o Muy Alta (SPF 50+). 

Se recomienda no usar los protectores del año anterior, ya que pueden haber perdido su eficacia al haber estado en condiciones de conservación inadecuadas y podemos correr el riesgo de quemarnos.

3. Protege especialmente a los niños

Los niños siempre deben usar fotoprotectores específicamente formulados para ellos debido a que la concentración de sus filtros es diferente. La piel de los niños es especialmente delicada y puede sufrir más que la de los adultos bajo el sol (la capacidad de protegerse del sol con melanina se desarrolla pasados varios años). 

Además, las quemaduras solares durante los primeros años de vida son muy peligrosas, y aumentan el riesgo de padecer cáncer de piel en la edad adulta. Es por ello que solemos decir que “la piel tiene memoria”.

Las recomendaciones generales para los bebés y niños son las siguientes: 

En el caso de los bebés menores de 1 año, recomendamos mantenerlos fuera de la luz solar directa y protegerlos de la luz indirecta con fotoprotectores específicamente formulados para la piel frágil del bebé, como el Fotoprotector ISDIN Fusion Fluid Mineral Baby, con filtros minerales.

Los niños entre 2-3 años años no deben exponerse directamente a los rayos solares. Deben utilizar siempre un fotoprotector adecuado con un SPF  muy alto (50+) y además complementarlo con medidas físicas como camisetas, gorros. pantalones, gafas de sol y sombrilla para disminuir las áreas expuestas al sol.

En niños mayores de 3 años, debido a las actividades en la playa y en la piscina. hay que aplicar fotoprotectores infantiles resistentes o muy resistentes al agua, es decir, que mantengan el SPF 40 u 80 minutos después de la inmersión. Si pasa ese periodo de tiempo, hay que volver a aplicar el protector. Si, tras el baño, los secamos con una toalla, también reaplicaremos el fotoprotector, ya que lo estamos eliminando de la piel. Es por ello que para  niños mayores de 3 años recomendamos recomendamos utilizar una Fotoprotección Muy Alta con SPF50+, resistente /muy resistente al agua,  y a la fricción.

4. Escoge un protector solar para cada necesidad

La elección del protector solar se debe hacer en función de las necesidades específicas de cada persona y cada zona del cuerpo. Una  persona con un fototipo alto (de piel oscura) puede estar correctamente protegida con un SFP30 pero, aunque su riesgo de quemaduras sea menor, puede tener más tendencia a la aparición de manchas.  Las personas con fototipos más claros, con mayor tendencia a quemaduras o aparición de manchas y lesiones cancerosas, deberán usar una protección más alta SPF50 o SPF50+.

Si tienes un problema en la piel, debes pedir consejo a tu dermatólogo acerca de cuál es el fotoprotector más adecuado para ti. Por ejemplo, si tienes alergia solar o queratosis actínica, será mejor usar un fotoprotector específico para ello.

El protector también debe ser el adecuado para cada parte de tu cuerpo. Al fotoproteger la cara siempre se deben escoger texturas más fluidas como la de Fusion Water, mientras que en el caso de las cremas corporales puedes elegir entre diferentes texturas. Por ejemplo: para las pieles grasas son más recomendables las texturas gel cream, mientras que para las pieles secas las texturas fluid y water de ISDIN son las más apropiadas. 

Si lo que quieres es protegerte del sol sin renunciar al maquillaje, te recomendamos el fotoprotector con color Fusion Water Color o nuestro maquillaje compacto con SPF50+. 

5. Aplícate el protector solar correctamente

Siempre se deben seguir las recomendaciones de uso que se indican en el envase. Si no   te aplicas correctamente estos productos, no te estarás protegiendo correctamente. 

Los estudios científicos indican que, en general, solo se emplea ¼ de la cantidad de fotoprotector necesaria para garantizar su eficacia Es por ello que debes aplicar el fotoprotector  de manera generosa y uniforme sobre la piel seca (o mojada si se trata de un protector wet skin). 

Extender bien los productos es  especialmente importante en los protectores en formato spray como ISDIN Transparent Spray o HydroLotion, hay que aplicar la cantidad indicada en el envase y extenderla por toda la superficie expuesta al sol. 

Recuerda también que debes aplicarte el protector solar media hora antes de tomar el sol, y reaplicarlo cada 2h, así como después de bañarte, sudar o secarte con la toalla.

6. Protege las partes más sensibles de tu cuerpo

Aunque debes proteger todo tu cuerpo, hay zonas sensibles que necesitan un poquito más de cariño: la cara, el cuello, y el escote. Otras zonas muy importantes son  los hombros y las manos, pero también las orejas y el empeine de los pies.  Estas últimas son zonas a las que no solemos dar mucha importancia y nos olvidamos de proteger, a pesar de ser zonas que sufren mucho más la radiación solar directa. 

Además del fotoprotector, hay que extremar las precauciones en estas zonas. Algunas cosas que puedes hacer para evitar quemaduras son:

  • Usar gafas de sol con protección ante los rayos UV
  • Usar sombrero o gorra (sobre todo en personas con calvicie)
  • Proteger tus labios con protectores solares labiales
  • Taparte con una sombrilla
  • Proteger los labios del sol

7. ¿Está nublado? También hay que protegerse

Las nubes no son excusa para no protegerse. Si vas a la playa o a la calle en un día nublado, también deberás aplicarte el fotoprotector correctamente.

Piensa que las nubes dejan pasar más del 80% de la radiación solar, con lo que puedes quemarte igual en un día nublado.

Para saber cuál es el riesgo de quemaduras, puedes consultar el índice UV de tu ciudad, que es un indicador de la intensidad de la radiación ultravioleta en la Tierra, en una escala que comienza en 0 y suele medirse hasta el 11+, aunque no está acotada. Para que te hagas una idea, el índice UV en Reykjavic (Islandia) es de 1, el de Londres es de 5, el de Barcelona es de 9 y en Caracas es de más de 11.

8. Hidrátate bien y a menudo

Una buena hidratación es clave para llevar una vida saludable, pero en los días en los que tomamos el sol se convierte en algo esencial y muy importante, ya que el sol provoca una deshidratación progresiva en nuestro organismo que se intensifica cuando estamos bajo sus rayos.

Bebe agua abundantemente durante todo el tiempo que estés bajo el sol, de manera espaciada y a pequeños sorbos. Beber agua te ayudará a evitar un golpe de calor, mareos e insolaciones. Puedes alternarla con limonada o zumos, aunque siempre debes tener agua a mano. Además, ¡te ayudará a refrescarte!

9. Controla tus manchas

El sol del verano puede hacer que tus manchas y lunares cambien, por lo que debes llevar un autocontrol de las manchas y lunares de tu cuerpo. No tienes que contar todas tus pecas, pero sí es importante controlar el número y tamaño de los lunares que tienes, sobre todo para poder detectar cambios y posibles melanomas. La técnica del “ABCDE” te será útil para ver qué cosas debes tener en cuenta al mirar tus lunares.

Si ves alguna irregularidad o algún cambio en el color, la forma o el tamaño de tus manchas o lunares, consulta con tu especialista lo antes posible.

10. Cuida tu piel al volver a casa

Al volver de la playa, tu piel estará deteriorada por el aire, la sal del mar o el cloro de la piscina. Dale un respiro dándote una ducha sin jabones fuertes y aplicando después una crema hidratante que la nutra, alivie y refresque después de la exposición solar.

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